La gran oportunidad

En un Polideportivo colmado, Peñarol buscará esta noche de mayo su segundo título de su historia en la Liga Nacional. Ante Atenas, el elenco “Milrayitas” quiere cerrar hoy una temporada extraordinaria.



¿Habrá llegado el día para Peñarol?. Lo viene buscando desde hace rato. Resurgió de las cenizas en 2004 tras pelear el descenso y, desde allí, no paró de imaginarlo.

Ser campeón, ante su gente, con el Polideportivo colmado; todo un anhelo de una dirigencia que redobló todas las apuestas. El sueño, 16 años después de la primera vuelta olímpica en 1994, está a un paso y las circunstancias están dadas para que se cumpla, aunque la escena de una final entre dos equipos tan parejos puede cambiar radicalmente en 40 minutos de juego.

Esta noche, desde las 21, el “Milrayitas” intentará dar el último paso para obtener su segundo título de Liga Nacional ante Atenas, en la serie que lidera 3 a 1. Si lo logra, será la frutilla del postre para una temporada extraordinaria.

La gran recuperación anímica y basquetbolística exhibida en el cuarto juego disputado en Córdoba, la aparición en toda su dimensión de Leonardo Gutiérrez, el as de espadas, y la baja de Juan Pablo Cantero (desgarro en el isquiotibial) en Atenas, ubican a Peñarol más favorito que nunca, para liquidar la serie ante su gente. Sin embargo, Atenas no se da por vencido y llegó a Mar del Plata con la idea de ir partido a partido y llevar el play off hasta un séptimo encuentro.

En el análisis táctico de la serie, queda claro que la baja de Cantero es muy sensible para Atenas. Tal es así, que la dirigencia pensó en sumar a Bruno Lábaque como reemplazante, aunque el reglamento no permite cambios cuando la lesión lleva una recuperación menor a 30 días. El entrerriano es un base anotador, que se lució en el segundo y tercer juego de la serie. Justo, ambos partidos fueron dominados por los cordobeses. El elenco de Oscar Sánchez extrañará su juego de pick and roll y su vital aporte ofensivo. En ese sentido, Peñarol tendrá algo menos en lo que preocuparse. Además, Cristian Romero (esguince de tobillo) y Djibril Kanté (presenta dolores en un hombro) no llegan en las mejores condiciones al partido.

El elenco de Sergio Hernández deberá repetir la actitud defensiva que mostró en el segundo tiempo del último partido. Será clave presionar el traslado de Juan Pablo Figueroa para desgastar al único armador natural que tendrá Atenas esta noche. Aunque no deberá descuidar a Juan Manuel Locatelli ni a Diego Lo Grippo, dos jugadores de indiscutible calidad. Si logra neutralizarlos, y si puede liberar a alguno de sus talentosos jugadores en ofensiva, estará muy cerca convertir un nuevo sueño en realidad.

Casi imbatible

Peñarol ostenta un invicto de 38 partidos en el Polideportivo. Su única derrota en Mar del Plata fue en la tercera fecha de la primera fase ante Obras Sanitarias. Son 28 partidos por Liga Nacional (uno fue como visitante ante Quilmes), 3 por Super 8, 3 por Liga de las Américas y 4 por el Torneo Interligas. Además, el número es aún más escalofriante si se cuenta el clásico previo a la derrota con Obras y los cuatro partidos que disputó Peñarol por Copa Argentina en el Polideportivo. En total, el “Milrayitas” ganó 43 de los 44 partidos disputó en ese escenario en la temporada.

Por más historia

Sergio Hernández y Leonardo Gutiérrez quieren aumentar sus pergaminos esta noche. “Oveja” ostenta tres títulos de Liga Nacional y buscará alcanzar a Rubén Magnano, que tiene cuatro, como el entrenador más ganador de la historia de la Liga. Y “Leo” quiere igualar la línea de Marcelo Milanesio y Héctor “Pichi” Campana, los jugadores más ganadores de la historia con 7 coronas cada uno.

Pantalla gigante

El partido de esta noche se podrá observar en tres pantallas gigantes de 3 metros por siete que dispondrá el club en distintas zonas de la ciudad. Aún sin definición exacta de todos los lugares, una de ellas estará ubicada con seguridad en la Plaza del Agua (Güemes y Roca) y otra en Peatonal San Martín. La restante podría instalarse en alguna zona de la Rambla.

Fuente: El Atlántico