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Hacía tiempo que no le costaba tanto ganar en casa

jueves, 4 de marzo de 2010

Peñarol, apelando a su jerarquía individual, transpirando demasiado y sin jugar bien, venció por 86 a 81 a Obras y se instaló en lo más alto. Fue en tiempo suplementario luego de terminar igualdos en 76. Ahora suma 49 puntos y es líder.



Por Germán Ronchi

Había que llegar a la punta como sea y para ello había que vengarse del único verdugo en casa: Obras. Pero luego de aplastar a Atenas se esperaba un gran despliegue de Peñarol. Y comenzó así. Con un 9 a 0 contundente, el “Milrayitas” parecía comerse al rival. Pero todo duró apenas unos minutos, ya que luego el local se mostró muy permeable defensivamente y para colmo decayó notablemente su efectividad.

Espil estuvo intratable y se destacó dentro de un juego impreciso y desprolijo. El veterano se encargó de mantener a su equipo a tiro y con un nivel sobresaliente en el último cuarto, obligó a jugar suplementario.

Allí todo continuó igual y hasta el final, Peñarol debió trabajar y transpirar más de lo debido. Pero en los 60 segundos finales apareció la jerarquía de Kyle Lamonte, quien le dio aire a su equipo en el último respiro.

En definitiva, el “Milrayitas” no jugó bien, le costó demasiado vencer a Espil y compañía, pero lo logró y se instaló en la cima de la Liga Nacional.
Peñarol y Obras comenzaron algo timoratos, tal vez por el estado del piso, pero fue el local el que comenzó mejor. Los dirigidos por Sergio Hernández buscaron el tiro exterior como primera opción ante la defensa en zona que propuso el visitante y así sacaron la primera diferencia (12-5).

De todas maneras, Obras no aminoró la marcha, no se desesperó y logró mantenerse a tiro. Entre Cortés y Espil comenzaron a ordenar las ofensivas del “Tachero”. Igualmente el desarrollo del juego careció de intensidad y el tanteador no se movió demasiado (18-12). Pero Peñarol comenzó a perder efectividad y Obras metió un parcial de 7 a 2 y se puso abajo por la mínima (20-19). Y así siguió, salvo por los rompimientos de Lamonte que permitieron a Peñarol cerrar el cuarto inicial con mayor luz (26-21).

En el inicio del segundo segmento, Juan Espil fue dueño del partido. A partir de su manejo, los avances fueron muy dinámicos y Bortz logró imponerse en la pintura. Peñarol empecinado en su juego perimetral perdió fortaleza y le permitió a Obras marcar un parcial de 10 a 2 y así inclinar la balanza a su favor (31-28).
Hasta los primeros 5 minutos, el “Milrayitas” apenas consiguió 2/8 en tiros de cancha. Y ante esa falta de gol, el local se enredó y con una defensa demasiado débil, Obras siguió marcando diferencia (38-32). Pero luego en un contexto de juego desprolijo y un tanto impreciso, en los 3 minutos finales, Peñarol puso la bola adentro para que Leiva se las rebuscara y lo hizo, se impuso bajo el aro rival y encaminó la remontada. En consecuencia, gracias al trabajo del pivote, el ajuste defensivo y dos triples consecutivos (Vega y Lamonte) casi sobre el cierre, el “Milrayitas” volvió a pasar al frente en el tanteador con un parcial de 11 a 2 (43-40). Y un doble de “Tato” Rodríguez decoró el cierre del primer tiempo (45-40).
En un comienzo errático y friccionado, el local continuó con su superioridad en el marcador en los primeros 5 minutos del tercer cuarto, aunque la distancia continuó siendo exigua (53-49).


Si bien las distancias no se modificaron, en el trámite el local dejó otra imagen. Gracias a las corridas de Lamonte de costa a costa, el gran aporte de Marcos Mata y el dominio de Leiva en la pintura, le permitieron no pasar sobresaltos y manejar una diferencia de entre 6 y 8 puntos hasta el final del cuarto (63-57).

El último cuarto mostró a un Peñarol mucho más comprometido y firme defensivamente y solamente permitió 5 puntos a Obras en la primera mitad. En tanto que en ofensiva, el local encontró un gran dinamismo a partir del trabajo de Facundo Campazzo en el manejo y de Sebastián Vega. Sin embargo, el “Milrayitas” por falta de efectividad no pudo sostener la ventaja de 11 puntos que había logrado cuando promediaba el segmento final (71-60).

Pero en apenas 2 minutos, Espil hizo peligrar el triunfo del local. Con un manejo soberbio y 11 puntos en este lapso, Obras metió un parcial de 12 a 0 para poner el marcador 72 iguales, a falta de un minuto y medio.

Ambos fueron efectivos en los ataques siguientes (74-74). Luego, los dos mostraron distracción y cedieron las ofensivas. La bola la recuperó Leo y Lamonte la llevó hasta la pintura, falló, pero Leiva corrió a falta de 9 segundos. Había que defender la última pelota, sin embargo otra vez un espectacular Espil rompió la resistencia defensiva de Peñarol y puso la igualdad, obligando el suplementario. (76-76)
Con los dos en penalización, debieron apelar a la prolijidad, algo que ninguno pudo imponer en tiempo regular, salvo por las pinceladas de Espil, quien a falta de un minuto volvió a emparejar el marcador con un bombazo (81-81).

Luego Lamonte fue a la línea. Falló el segundo intento y con 30 segundos por jugar, la ofensiva fue de Obras, perdiendo por la mínima. Pero el “Tachero” la desaprovechó y le dio juego al local. La salida fue complicada, el rival presionó, pero Lamonte con una corrida de costa a costa estiró la ventaja a un triple (84-81). Espil fue el elegido, a falta de 7 segundos para tirar de afuera. Esta vez falló y Lamonte se impuso en el rebote, recibió la falta. No falló desde la línea y puso cifras definitivas (86 a 81) para que Peñarol, sin jugar bien, se impusiera sobre Obras y alcance la cima de la Liga Nacional.

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