Quilmes despidió en año con una derrota en casa

Quilmes perdió el invicto como local y cayó por segunda vez consecutiva. Fue 80 a 65 frente a Ciudad de Bragado por la décima fecha del TNA de Básquet. Fue el último partido del año para el “Cervecero” que no pudo despedirse con una sonrisa ante su gente. El goleador del juego fue Eduardo Gamboa con 20 puntos mientras que el que más marcó en el local fue Esteban López con 16. El elenco dirigidos por Daniel Maffei jugó muy mal los últimos dos cuartos que marcaron el rumbo de la victoria de Bragado.

Foto: El Atlántico

Por Germán Ronchi

Nada de nada le salió a Quilmes en su última presentación del año. El de anoche fue su peor partido en el TNA por lo que se vio ampliamente superado por Ciudad de Bragado en el juego y por consecuencia en el marcador. No fue su noche y despidió el 2010 con una derrota por 80 a 65. Así perdió su invicto en condición de local.

Con una gran defensa (generó 7 pérdidas al rival) y el buen manejo de Eseverri y Arceneaux, Quilmes se llevó el primer parcial (17-14). Sin embargo, en el segmento siguiente no pudo ni supo contener a Gamboa ni a Miller; y a eso se le sumó la ineficacia ofensiva local para que Bragado revirtiera la historia (38-31).

El tercer cuarto, fueron los peores 10 minutos del “Tricolor” en el certamen. No pudo, no supo y encima no le salió nada. Lo que le permitió a Bragado sacar una importante ventaja de cara al segmento final (60-44).

Ya en el segmento final, el intento de recuperarse fue casi imposible y el “Tricolor” perdió su invicto de local en el último juego del 2010.

A fuerza de un par de buenas defensas, el acierto de Arceneaux para trasladar el juego y la eficacia de Esteban López, Quilmes supo ser dueño del juego en los primeros 5´ del juego (11-5). Mientras que la visita, lógicamente por no lograr tomar tiros cómodos, sólo pudo descontar con un triple de Ingratta y un rompimiento de Gamboa.

Si bien en la segunda mitad del segmento, la defensa de Quilmes siguió controlando los embates del rival, careció de claridad ofensiva y no pudo establecer grandes diferencias, salvo por un triple de Sepúlveda, pero que fue contestado con otro bombazo de Ingratta sobre la chicharra (17-14).

Rápidamente, al inicio del segundo cuarto, con una gran labor de Gamboa Ciudad de Bragado equilibró la balanza a su favor. También por tres pérdidas casi consecutivas del local en 2 minutos, el parcial de 8 a 2 fue para los de Bragado (22-19). Luego, Eseverri igualó el tanteador en dos ocasiones (22-22 y 27-27) y parecía recuperar la compostura. Sin embargo, ya no lograba controlar su pintura y Miller prevaleció sobre la marca de Peralta primero y Alessio después. Así y todo no hubo grandes distancias, pero el cierre de Quilmes pudo haber sido mejor, pero como en todo el segmento tomó muy malas decisiones ofensivas y la visita se fue al descanso largo arriba en el marcador (35-31).

Foto: El Atlántico

Quilmes ingresó en el complemento literalmente dormido. Algo que usufructuó al máximo el visitante, que con dos bombazos de Gamboa encaminó un parcial de 11 a 2 (46-33).

Más allá de apostar a una defensa zonal, Bragado siguió lastimando y la elección del juego perimetral del local fue acompañada por una notable ineficacia. Así las cosas, el elenco visitante continuó marcando diferencias y cerró el tercer cuarto con una considerable ventaja de cara al final (60-49).

En el último cuarto, el conjunto marplatense fue total impotencia. El rival, en tanto, manejó y dominó con total tranquilidad el trámite del partido. El intento de revertir la historia fue imposible con la ineficacia reinante y, sobre todo, con Arceneaux solo en la pintura. Y hasta la primera mitad la brecha se mantuvo (63-48).

Sin más, el “Cervecero” salió a quemar las naves en los últimos 5 minutos. Y por fin encontró respuestas: un triple de Esteban López, otro de Eseverri y un doble de Arceneaux forjaron un parcial de 8 a 2 para comenzar a achicar la distancia (65-56). Pero fue tan sólo un espejismo, porque tras una supuesta falta antideportiva de López, Quilmes se fue del juego. Así fue superado ampliamente en el final y ya no hubo respuestas deportivas ni anímicas.